No es necesito realizar una observación muy exhaustiva para reconocer el gran camino que queda por delante hacia la igualdad en muchos aspectos.
A día de hoy ser "ama de casa" sigue retratándose como una obligación y responsabilidad del género femenino, así como resulta casi imposible ver televisado un partido deportivo de cualquier modalidad si son mujeres quienes participan en ello. Son muchos los detalles y diferencias que siguen marchitando la idea de una sociedad igualitaria.
Pero tampoco podemos olvidar que las nuevas generaciones están adquiriendo nuevos hábitos y están más concienciados ante esta situación. Comenzando por mi propias vivencias, he sido cómplice de la desigualdad que se vivía en mi hogar cuando era pequeña en cuanto a la repartición de las tareas domésticas y hoy en día puedo decir satisfecha que mi actual relación navega de forma fluida en la corresponsabilidad.
Nos queda un gran camino por recorrer, pero confío en la evolución favorable de nuestra sociedad.
Hay que concienciar a la población de que el cambio es posible y positivo para todo el mundo y en eso la educación cumple un papel esencial.
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